Te llamé un viento salvaje
y te dejo jugar
con mi espada
Te llamé fresa de bosque
y yo quería probarlo
tu enrojecimiento
Te llamé narciso blanco
y te dejé enamorado
en sí mismo
pero te convertiste en un ladrón en mis sueños
un ladrón de mis deseos
y el hombre que seguiré
hasta el fin del mundo.