(Serventesios endecasílabos)
Dicen que...
Soy una simple voz entre tantas voces,
una aislada gota en el vasto mar,
una sombra entre las luces precoces,
un incierto grito, harto de gritar.
Soy la palabra de una boca muda,
un ser más de esta gran humanidad,
un oído atado a una eterna duda,
un alma colmada de ingenuidad.
Soy una pieza más del rompecabezas,
un infame enigma del jeroglífico,
un hierbajo nacido en las malezas,
un ser ordinario, nunca magnífico.
Aunque yo...
Soy una gran voz que destaca entre todas,
una gota que justifica al mar,
una luz que ilumina a los rapsodas,
un grito que nunca podrán callar.
Soy la palabra que siempre han de oír
un ser irrepetible, personal,
una mente abierta a todo sentir,
libre y no sujeto a lo material.
Soy un, yo, único y vital del mundo,
la razón de ser por siempre-jamás,
una grácil flor de aroma fecundo,
algo de amor y vida nada más.
Juan Benito Rodríguez Manzanares