[…] Claramente llega un momento de la noche/mañana, en el que lo ves tirado, pálido y dormido, y si no fuese porque respirase y su diafragma se expandiese, parecería muerto.
No hay palabras. Ahora solo esta su masa de carne ahí acomodada, tal vez sueñe. Son los instantes en los que nada tiene sentido. Y en los que notas el lado más vulnerable del otro. Sería tan fácil degollarlo…No tengo una chaira para afilar mis cuchillos de feria porque sí. Al menos así no tendría que despedirlo al día siguiente y pasar por esa densa experiencia…que él hace interminable, e insufrible.
Esos ojos que demuestran la expectación de escucharme decir;
”Sí, va a haber otra vez”. Lo cual nunca escuchará.
Porque quien sabe si sale vivo, o si alguna vez lo estuvo.
Aunque pensándolo bien, es una muerte muy rápida y simple la de presionar y hundir el metal sobre su yugular. Hasta algo repudiado y vulgar diría.
Me perdería de su gesto de sorpresa, y sus intentos nulos de defensa/escape.
Todo un show podría presentarse ante mí.
Infinitas posibilidades se develaban por mi mente.
Desde amarrarlo a una silla e ir rebanándole la grasa a medida que ignore mis preguntas, hasta hacerle tragar cantidades corrosivas de pegamento y detergente.
Opté por bajarle el volumen a mis pensamientos, y subirle a la música que tenue pasaba por los auriculares.
Prendí un tabaco y me moví lentamente por el ambiente…
Pero algo desentonó.
Su cabeza se giró hacia mí y atinó a emitir palabras.
-Mmm es tan fuerte ese olor, sabes que no puedo respirar, suerte que te avisé de mi alergia, apágalo o te lo rompo!”
-En mi casa mando yo, y no tenes idea de lo que soy capaz.
Le dije mientras apagué mi cigarro en su pecho desnudo.
Ese gritillo me estremeció, (Fue mejor que el silencio fúnebre que perduraba) y su falta de defensa me sorprendió también.
Eso sumaba algunos puntos, e iba restando mis ganas de terminar con él. Aunque nunca lo suficiente.
Soportó el dolor, y a costa de farfullo siguió descansando.
Ahora lo veo tirado, pálido y dormido, y si no fuese porque respirase y su diafragma se expandiese, parecería muerto.
[…]
JULIETA IALLORENZI
PATENTADO EN SADAIC Y DNDA
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