Para cuando había entendido,
que no había viaje sin él en mi destino,
que no era tan ancho el mar como creía,
que la vela del barco no necesita tener la luz encendida,
que los silencios si abrigan…,
ya había partido sin mí en su vida.
Para cuando corrí hacia sus brazos,
la corriente del mar iba contra la mía,
y, se llevaba el áncora que centraba mis días.
Para cuando fui a decirle que lo amaba,
vi una herradura virada,
vi las nubes como murmuraban,
vi al cielo empequeñerce de tristeza,
vi a Dios con las manos en la cabeza,
vi a al destino burlándose del tiempo,
vi al tiempo lentamente pereciendo,
vi el amor rindiéndose ante el frio,
lo escuche diciéndole “ya eres mi abrigo”,
se ha marchado todo mi equipaje,
todo lo que he amado con ese barco ha abordado.
Para cuando había entendido,
ya a otro puerto,
a otra vereda,
a otro crepúsculo matutino,
con aguas menos negras,
con cielos más azules había anclado el viaje.
Y yo…
sin entender como
¡no había entendido antes!
LeydisProse
12/26/2017
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