Un día me llamaste
Para contigo sembrar
Para llevar al enfermo,
Esperanza y paz.
Y yo siendo indigna
Tu gracia y encomienda recibí
Ésa, que das a manos llenas
Entregando la consigna.
Hoy camino Contigo,
Para paliar el dolor,
De aquellos mis hermanos,
De tus hermanos Señor.
El más grande prodigio
Es poder tocarte mi Dios,
Y ver cómo en mis manos
Tú te confías Señor.
Que mi pecado se opaque
Ante tu mirada Jesús,
Que en mi afán de ser uno Contigo
Pueda guiarme tu Luz.
Para cuando tú me llames,
Cuando cuentas yo te dé,
Hayas borrado en tu memoria,
Lo mucho que pequé.