Sus ojos preciosos yo aprecio.
Su beso en mi mejilla es bondad.
Y, una de sus hermosas miradas
se intercambian frente a frente,
al despertar del ensueño que me mima
de la delicia, del placer que envuelve.
Quisiera, pervertírte con la mirada,
fundir tu mirada .. dándote un beso.
Ahora me recreo en la soledad,
lanzo mi mirada al viento.
Autora
María Luisa