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¡Oye Pepè!. Ven a comer.
Ya voy \"mami\"
Y me acerqué a mi lugar preferido, y me senté en la silla de madera
donde en su respaldo solían estar colgados los \"trapos\" con los que se limpiaban las alacenas
y con los que se secaban los utensilios de cocina, silla que, o ella era alta, o yo era muy pequeño.
Cogí la cuchara con mi mano izquierda, mientras con la derecha
cogía el asa de la olla para inclinarla lo suficiente y poder así raspar
el arroz \"quemadito\" que había quedado en el fondo.
Siempre rogaba que mi \"mami\" me hubiese puesto la cuchara de metal,
es que las de metal eran más fuertes que las \"modernas\" cucharas que tenían el mango de plástico,
ya que las de metal no se doblaban, (aunque esta estaba con el mango un poquitín oxidado).
Mientras mis otr@s \"herman@s\" estaban alrededor de la mesa del comedor,
ya comiéndo ese \"soso\" arroz blanco, al que mi \"mami\" le había puesto un par de huevos fritos encima,
adornándolos con una salsa roja, salsa que yo nunca había probado, (no me interesaba probarla).
No hacía mucho, yo había ido a comprar el pan, algo que mis \"herman@s devoraban con ahínco,
pan que a mi, realmente tampoco me interesaba comer, yo prefería el que tenía en ese momento
dentro de mi boca, pan que sabroso como un chicle se revolvía entre mis dientes y mi paladar,
si hasta sabor tenía.
Como me había tocado \"poner\" la mesa (como todos los días), en la que comían mis herman@s,
yo sabía que en algún momento, cogerían sus vasos de cristal transparentes, y verterían en ellos,
esa bebida tan dulce, llena de gas, que seguramente beberían con avidéz.
Yo prefería beber de esa agua pura transparente y cristalina que salía del grifo,
(ese que se movía de izquierda a derecha) como queriéndo huir de ese fregadero.
¿Beber yo de esa relajante bebida del color de las cerezas?.
¿esas cerezas tiernas, cerezas sabrosas, llenas de carne?.
esas que se deshacían en mi boca, cuando me subía a lo más alto del árbol a contemplar las estrellas
mientras aprovechaba de comerme las cerezas?.
¿O me subìa al àrbol a comerme las cerezas y aprovechaba de mirar las estrellas?.
¿¿¿esas que eran “picadas” de pajaritos
…tan deliciosamente sabrosas y dulces???---
pero con cuidado que nadie me viera--
¿Beber yo de ella?. Ni pensarlo siquiera.
El comedor era amplio y espacioso, la mesa era muy grande, y cuando todos se sentaban a su alrededor,
aùn sobraba sitio.
Pero yo prefería estar aquí, ya me acompañaban en mi \"suculenta\" comida,
el fregadero de loza vieja en el que se lavan los platos,
la cocina, media de gas media de leña,
el armario con sus despensas donde se guardaban los implementos
(ollas, cucharas, cloro, etc.).
Si. Me gusta estar aquí.
Cojo la cuchara, inclino la olla, veo al fondo una capa de arroz entre blanco y dorado,
y me lanzo al ataque, mientras tanto,
el chicle va alargándose por mi garganta para ir dejándo poco a poco espacio en mi boca.
Ese era mi momento de gloria,
ese era solo mi momento,
no le pertenecía a nadie más que a mí,
los demás estaban engullendo esa \"bazofia\" de arroz blanco con huevos fritos
untados de fresco y tierno pan recién comprado,
mezclàndolo en sus bocas con esa agua de color de las cerezas.
Si.
Ese era mi lugar, por quince minutos, ese era mi mundo entero,
ese era el cuarto en que soñaba,
ese era el cuarto en que bebía mi agua cristalina y pura en ese
cacharro que un día se vanagloriaba de ser de blanca porcelana,
y que se estaba haciéndo viejo,
ese era \"mi arroz quemado\", ese era......
\"mi raspadito de la olla\".
Una y otra vez hendí la cuchara traspasándo esa capa de arroz entre blanco y dorado,
y cuando desgajaba con la cuchara, raspándo hasta el fondo de la olla un buen trozo,
me llenaba el corazón de alegría ver que debajo de esa capa entre blanca y dorada,
la que estaba pegada al fondo de la olla,
ese arroz entre blanco y dorado se transformaba en un marrón brillante,
con mezcla de negro azabache.
¡Oye Pepè!
Si, \"mami\"
¿Ya terminaste de comer?
¡Ahora mismo termino!
¡Termina pronto para que vengas a recoger la mesa,
y te lleves los platos a la cocina para lavarlos……
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………………………….. ……………………….
Los padres no debieran de separarse nunca…. y si lo hacen, jamàs debieran de dejar de amar a los hijos.
porque el dolor que causan al corazón de los hijos, es una de las pocas cosas de esta vida que es eterno…
Tener que amar a una nueva “mami” que no te ama ni te acepta …….
porque tu presencia le recuerda, que el hombre que ella ama ha tenido otra mujer a la que antes amò ……..
O tener que amar a un nuevo “papi” que no te ama ni te acepta.......
porque tu presencia le recuerda, que la mujer que ama ha tenido otro hombre al que antes amò…….
¡No!............los padres no debieran de separarse porque el dolor es grande,
y es hondo como las penitas del alma.
Y pensar que a los demás se les olvida. ……….
Pero a mi... no……….
Aunque son solo recuerdos,…….. nada más que recuerdos muertos que a veces salen de sus tumbas ……
para que no me olvide que algún dìa....................................................... debo perdonar.