En mi fuente azul
de niño y espacio,
se refleja la luna y mi abedul
dejándome un presagio
con fragancia a nuevo año,
y en el ondeo de su agua,
el suspiro de una alondra
me regala su canto
forjado en su garganta;
cual ardiente fragua
moldea su acero de hoja santa.
Un viejo verano
a la orilla de mi fuente,
le da la bienvenida
al nuevo tiempo que aproxima,
y este, con prosperidad que estima
se despide dando gracias
con colores de paz, fe y esperanza…
¡¡Feliz año 2018!!
Jorge Aimar Francese Hardaick
Escritor y Poeta – Argentina
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