Hay dos palabras que hacen
que en llanto rompan los hombres.
Hay dos palabras que hacen
que desenvainen su espada
y se enfrenten en batallas
o interminables cruzadas.
Hay dos palabras que hacen
que el hombre hinque su estampa
y con la rodilla en tierra
entregue su cuerpo y alma.
Con Dios es que el hombre reza,
y con Mujer florece su alma