De esquinas a laberintos se escaparon espacios,
habito sin hallarme en el mundo,
dejo huellas y el viento las borra,
sentidos perdidos acorralados por el miedo,
es la ansiedad la marea de mis costas,
aunque duele perder se puede creer en el comienzo.
Ya es tarde para abrir una escena primaveral
en portadas de retratos abiertos al dolor,
piedad de la sombra rayada en ardor, sol de verano;
deja que me aleje sin que muera mi piel,
es la hora de partir abandonado de mirada gris.
Lamentos permanentes e inmortales,
inestables pensamientos callados a gritos,
suspira la ansiedad y exhala el deseo,
contener la distancia es vacío absoluto,
falta alegría en senderos de asfaltos,
me duele el aire aunque parezca liviano.
Estantes envejecidos cargados de recuerdos,
llevan libros de páginas sueltas y desiertas,
soy poeta perdido entres sus letras,
abierto al mar que sepulta lo profundo,
encerrado en las horas que palpitan delirios,
ha llegado acariciarme la melancolía.