Ahí te encuentro.
Plena con tu silencio elocuente que inspira profundos y nobles sentimientos.
Mágica con un toque sutil apenas percibido por humana criatura.
No me cansaría de contemplar y admirar tu hermosura.
Tu presencia en este primer día del año la siento como signo de prosperidad y ventura.
Traes infinidad de bendiciones. Proyectos se cumplirán con holgura.
Sueños y anhelos se realizarán; alejando dolor, sufrimiento y amargura.
Trabajo en abundancia, bienestar, salud, pasión amor y ternura.
Suelo mirarte horas y horas, sobre todo cuando te hayas en la llanura.
Sin contar las veces que te he visto sonreírle al lago o perderte en la espesura.
A ti mi primer escrito en este año amada y admirada luna.