Con la luna de frente y un año viejo en el pasado, las letras fluyen y la música suena. Esa pregunta que tantas veces retumbaba por una respuesta, hoy es tan clara como el esplendor de esa luna. Amor cuatro letras sagradas pero a la vez tan condenadas. Condenada como ese amor no correspondido y tan sagrada como el amor de madre. El viejo año estuvo lleno de incognitas con respecto al amor, pero bendito año nuevo que es sus pocas horas me recordó que el amor está en lo simple. Volver a pensar como niño y no como adulto, amor en lo simple y ordinario, el amor de mi madre y ese tan anhelado abrazo de mi abuela. Ese es el verdadero amor, amor por tus errores y caídas. Amor a la música y a la cultura. Y sobretodo amor a ti mismo que este camino todo está lleno de amor.