Esteban Mario Couceyro

Hace cien noches que no duermo

Hace cien noches, que no duermo y te digo que escribo un cuento de enamorados, pero solo me siento vigilando tu sueño, durante horas te veo dormir.

De lado, sobre la almohada tus cabellos semejan las olas del mar. Recuerdo esos días que sentados en la playa, solo mirabas la lejanía y callabas tantas cosas.

 

El cuello y la cara, semejan la costa de infinitos médanos, por donde regresábamos al atardecer.

Hace tanto que no duermo, mientras te miro insinuada en ese cielo de sábanas y pienso en cuantas veces me cubrió generoso en infinitos horizontes de rojizos finales.

 

Te dije, que el cuento sería de amor, de un hombre acorralado en el tiempo, que no atina a transitar lo que resta de vida y se detiene a observar lo tantas veces amado, sabiendo de antemano que ya lo ha perdido.

No he podido escribir nada, cada noche…, ese papel queda en blanco y mi mano tiembla al dejar la lapicera, mientras comienzo a mirarte.

 

Algunas noches, veo como sonríes en sueños que no participo, en sueños que celo crispando mis sentimientos. Otras veces me acerco insinuando un beso que no llega y tu expresión se altera en una leve sonrisa y esa sí es mía.

 

Esta noche, he comenzado a escribir, “Hace cien noches que no duermo...”, terminaré el cuento de amor y a la mañana, lo leerás  sabiendo el secreto, de esas noches que me detengo y no vivo, ante el temor de perderte.