Depresión blanca, con la cual se conoce el estado de ánimo negativo, que afecta a muchos durante el tiempo de Navidad, y post Navidad, una suerte de tristeza, melancolía, de problemas emocionales y sentimentales que van surgiendo paralelos a los festejos, y que luego en la post navidad se agudizan, haciendo factible la competencia entre el amor y el odio por la misma estrella, cosa disparatada ella.
¿Cuantos de nosotros no la hemos padecido alguna vez? entre una época de alegría, de cantos, de reuniones familiares, de regalos, del encanto de luces adornando la ciudad, el abuso publicitario en todas partes, y el acudir a cenas tradicionales para demostrarnos que el amor si existe y donde terminan sintiéndose duramente las ausencias, los recordados fallecidos y los que partieron a tierras lejanas, por diferentes motivos, y en ella entramos sin esfuerzo, ni mayor explicación.
Luego finalizamos con los regalos de Reyes, otro compromiso familiar o comercial a cambio de una inocente sonrisa llena de esperanza, cuando pensamos en los niños que vamos a poder obsequiar, mientras que a otros no les apetece les acaricie esta brisa, por la terrible desigualdad social y moral que atraviesa la humanidad, cuando vemos morir niños en medio de hambrunas y de cruentas guerras, donde el hombre lo exhibe todo menos la piedad.
Este estado de ánimo negativo, lleva a algunos sensibles corazones a sentirse vacíos o con deseos in controlables de llorar, hecho aflictivo, hasta llega el insomnio, la pérdida de energía, y se olvida el espìritu de la alegrìa, se apoderan los sentimientos de culpa, y sobre todo nos visitan pensamientos relacionados con la muerte y/o trascendencia espiritual, algo por cierto es futuro ineludible hacia el encuentro fatal.
Por ahí leìa aquello de que la Navidad es un tiempo semejante a cualquier otro, sin embargo, lo que ocurre es que cultural mente existe la creencia de que hay que ser feliz ajuro, a como de lugar, casi por decreto, y quien no logra sentirse feliz o hacer feliz a los demàs, y en consecuencia se va navegando contra corriente, sintiendo se infeliz o padeciendo del síntoma de la depresiòn blanca, ajeno a la blanca y pura navidad.
Y aùn asì, felices aquellos que de alguna forma vivir pudieron la soñada Navidad, pero algo distinto ocurriò a quienes viven en Venezuela, una patria sin futuro, donde una plaga de políticos corruptos nos quitaron la alegrìa, nos dejaron sin esperanza, dilapidaron nuestras riquezas, arrasaron con todo y pare usted de contar.
Pueblo donde los cerebros emigraron y los jóvenes tambièn marcharon para poder sobrevivir a la pobreza, y hay gente hurgando basura, hemos tenido la mas triste Navidad de nuestra historia, se han desmembrado las familias, quedaron los viejos en soledad, dando abrazos virtuales o caminando sin rumbo por estas calles vacìas, añorando los nietos llenos de tristeza, sin regalos, sin cohetes, ni fuegos artificiales, y sin platos sobre la mesa.
No imaginè nunca vivir tanto, para ver este dramático cuadro del cual me espanto, donde quien reina es la depresión blanca, bordando las calles de quebranto.
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Con universal amor, Raquelinamor
Enero 2, 2018