Ella tenía semillas sembradas en su rostro que germinaba girasoles cada vez que sonreía.
Ella tenia un museo en su rostro, era una colección de estrellas fugaces intactas en su rostro, una maravilla a la cual yo podía acceder sin pases de cortesía, sin ser astrólogo, ni astronauta, solo un loco vidente capaz de descubrir la simbologia que en sus pecas se escondía... Lord Vanvle