Me alejo de los barrancos y el vacío con tus besos,
el mundo se desvanece y se vuelve niebla
y estamos los dos, cara a cara, y me miras y te miro
y los ojos son profundidades y mareas y desastres
Pero nos seguimos mirando y el mundo sigue ahogado en la niebla.
Te espero cada tarde, como una mala hora que no duerme.
Te espero con un presentimiento de catástrofe
Dónde andas tú, y tus ojos.
Llega pronto que los míos están perdidos
Y son dos lunas oscuras, de espaldas
Y el vacío se hace hondo con la mirada
Pero no me tiro y espero tus ojos
que fueron los ojos de antes
Y serán los del porvenir.