San Salvador,
te encontré sonriendo
llenando tu cielo de luces y luces
olvidándo lágrimas en las alcantarillas.
San Salvador decadente
casi me olvido de este odio que tengo
a vos y a las ciudades sordas
a vos y a los que te nombran y levantan tu bandera.
Vos y este tu dos mil dieciocho
Quien lo diría
llega porque tiene que llegar
te arrastra porque tiene que arrastrarte.
Estamos a las puertas de una nueva década
y aunque la vida no se viva en los noventa
se acaban las razones de lo gris.
Gracias por mostrarme esta guerra desde la velocidad de un automóvil que se escapa
se escapa y las balas detrás
y los nervios carcomiendo el cuerpo de tres cuerpos
pareciera que estas luces me dicen de lo bueno que me espera;
nos espera
Talvez ya hemos llorado demasiado.
-DR-