Ayer me dio el último beso
un poco frío y desganado,
tenía su equipaje preparado
para emprender el viaje sin regreso.
Sentí un frío recorrer mis huesos
por tan fatal presentimiento,
Y no sé porqué, pero el acento
de su voz temblorosa y apagada,
me dijo que no habría mañana
cuando me besó triste en su aposento.