El verde aroma de tus besos ceñidos en ternura, es la fragancia que perfuma mis sentidos y de tus manos del rededor de mi cuerpo me hacen temblar, cuando los conjugas con esos ojos y esas miradas (la mirada de mi bella, mi bella enamorada); aflora muy dentro de mí cierta exquisitez, la cual colma de incontables favores a la vida misma.
Amor, cuán opulentos son los loores cuando al apartarse el día nos visita la frescura del anochecer y nos encuentra entrelazados como a parrales de exquisitas uvas; cuánta delicia es el néctar que emana del fruto vertiginoso del apartado tiempo quien nos advierte impetuosos y acongojados en el fulgor del océano de tus caricias. Cuán extasiada se ve la muchedumbre al contemplar la ternura de tus pupilas adentradas de entre las mías y sentir el apego de tu alegría al pasar próximo de ti y de mí.
Amor, desmedido es lo que te siento.