De este a oeste,
carrera al sol,
hambre de pieles.
Rueda que rueda,
juego de dos,
que tú te pierdes.
De costa a costa,
retaré a Dios,
sólo por verte.
¿Quién dijo que tierra adentro no existen los mares?
¿Fue él quien sugirió belleza en las soledades?
¿Por qué me dices que pare, que pare, que pare?
Busco tu cuerpo,
deseo tu alma,
quiero tu carne.
De este a oeste,
carrera al sol,
hambre de pieles.
Rueda que rueda,
juego de dos,
que tú te pierdes.
De costa a costa,
retaré a Dios,
sólo por verte.