Dicen que hasta mi pueblo ha llegado un caminante.
De platicar sencillo y mirada penetrante.
Que solo habla de amor y de un reino distante.
Dicen, que hasta mi pueblo ha llegado un caminante.
Cuentan que su dulzura está en su platicar
Le obedecen los astros, también el vendaval.
Las tinieblas respetan su nombre al resonar,
Así es el caminante que acaba de llegar.
El tiempo se detiene para verlo pasar.
Y sol torna la cara y su senda refrescar.
Las flores sus aromas le ofrecen sin cesar
Al Santo caminante que acaba de llegar.
Hablan de la dulzura que hay en su platicar.
Más le obedece el viento y el tenebroso mar.
Sin Él no hay un mañana y el hoy nunca existió,
Así es el caminante que a mi pueblo llegó.
© Miguel Ramos-Valdés