No olvides ésos recuerdos
cuando juntos de la mano
juramos la ley no en vano,
matrimonio de hombres cuerdos.
No olvides esos acuerdos
que nos mantuvo felices.
¡Pienso!, ¿somos infelices?
¡quién cuidará! a nuestros hijos,
ya que no son unos pijos
recuerda bien los matices.
Puedes caer al abismo
al ser tan querida y odiada
y por ser tan presumida,
¡piensa en ti misma y en mi mismo!.
Hablas de ese triunfalismo
cuando dices, solo mi uña
es mejor que cualquier muña.
Añoro por ser tu amante
de nuevo tu acompañante,
mi querida Cataluña.