Y soy el que paseaba mi mano por tu seno
el que cubrió de besos callado así tu boca,
cuando tú bien sabías que este amor era ajeno
cuando yo presentía que este amor se desboca.
Pero aquél momento fue tuyo y mío
como la calle que da vuelta en la esquina;
así nos separamos como del mar el río
o como la rosa que no deja la espina.
Podrás olvidarme acaso cuando tomes la mano
y, un extraño camino te lleve hacia otro lecho
(podrás entonces) Olvidar que fue en vano
entregarte en mis brazos, apretarte a mi pecho.
Cambiarás sólo amante…pero nunca es lo mismo
porque el amor que diste jamás será excitante
pues mis palabras faltan -que fueran el abismo-
ya que yo sí te quise aún siendo el amante.
Hay veces que te miro y me apena tu caso
porque sé que me miras con tal indiferencia,
que el amor que sentí se pierde en el ocaso
al saberme culpable de tu ingrata demencia.