¿Sabéis?
Nunca desdeñéis al sol de enero
porque lo he visto romper una piedra
y hacer brotar agua de ella,
como quien arranca la emoción de un espíritu cansado,
con sólo dos acordes
de una canción compartida.
Lirismo imprevisto,
como por ensalmo...
Cuidado, amigos, cuidado...
Cuidado con jugarse el alma,
porque siempre puedes encontrar a alguien
dispuesto a doblar tu apuesta...