Anton C. Faya

LUNA FRIA, SABANAS ARDIENDO

 

Torpe trepo el tapial,

noche tibia, silencio.

Multitud de aromas frutales

en el profundo verde

que reflejan la luna.

Recojo diez rosas.

Estremecido, precipitado,

y ebrio de sudor capilar,

el deseo  prohibido.

 

Llego al balcón,

miro desde la ventana

hacia el  cuarto,

-Y entre penumbras-,

esta  ella…

Casi dormida, se incorpora,

tímidamente, me sonríe.

Providencia de virtud

concebida mujer.

 

Dos copas de champagne

tres cerezas en un plato

y un -“contigo la noche

mas bella”- su bienvenida.

Esparcí en su torso

pulposos pétalos de rosa,

y me perdí…

En la profundidad

de su mirada azabache,

en el fuego de sus cabellos,

en el universo de su sonrisa,

en sus hombros tatuados,

los portones del paraíso.

En ella….

 

El encuentro fue tierno,

sus ojos entreabiertos,

el prodigioso perfume

de su orgasmo, y una lagrima.

No supe o no quise entender

el murmullo de sus alas.

Me ofreció su esencia,

elegí su forma.

Me presento su alma,

solo vi su cuerpo.

 

Un  ángel mutilado

de sueños, de sentimientos,

mutilado por amor…

Mil poemas escribirá

para saciar sus lágrimas.

La belleza, victima

de mi ego, de mi ceguera

Mil olvidos no curan un dolor…

 

Anton C. Faya - Enero 2018 -

Argentina