No te des por vencido cuando sientas
la derrota dolorosa y agobiante
no serán tus caídas tan violentas
ni tampoco tus heridas tan sangrantes.
No desistas de la lucha si resbalas
aún maltrecho vocifera malherido
ponte en marcha y a tu cuerpo dale alas
vuela alto sobre el suelo destruido.
Renueva tu valor y se guerrero
empuñando en tu diestra regia espada
y que el brillo fascinante de un lucero
te acompañe mientras brilla la alborada.
Y si el triunfo no aparece en tu vereda
no reniegues de la pérfida tardanza
mira al cielo y verás que aún te queda
a pesar de la amargura... la esperanza