Jose Adolfo

Henchida de placeres

Nunca habiámos acariciado mejor amanecer

ese que nos hizo trizas la soledad de cada recuerdo

el que alzó mis labios en sus posesiones

el que arde en la llama de nuestros fogones

henchida de placeres dejándome libre en sus secretos

 

Contemplarle en la cadencia de sus gemidos

fue para mi

copa insinuante

néctar ansioso de su vientre

terciopelo de sus caderas

hendidura luna de coloreadas ansias

donde nos perdíamos la agonía

aromada virtud de amantes

 

Comprendimos la entrega

cristal que todo lo desnuda

hecho que libera a la espera de vendavales