Es hora…
Que pronto se acaba la noche cuando estas conmigo
Y en medio del frio de este amanecer recién nacido
Mi cuerpo y mi alma quedarán desnudos… y solos…
Un nudo en la garganta se detiene…
Se convierte en beso de adiós y buena suerte…
Vienen entonces a mi mente los oscuros pensamientos
Y con ellos las plegarias:
Señor:
Que del cielo y de la tierra eres el dueño
Que trazas los caminos y guías los destinos
Protégelo, cuídalo…
Haz que este deseo egoísta de mi corazón se realice
Que mi vida junto a la suya se consuma
No antes … no después
Señor
Tu que juntaste los hilos de mi sino
A las cuerdas de un paracaídas,
Pon el viento a su favor,
Que la cúpula siempre apunte al sol
Que su caída sea suave, que su pisada sea firme
Señor
Tu que le hiciste militar de cuerpo y alma
Que le diste el valor y el temple para ser Soldado
Ilumínalo
Que la prudencia, el buen tino y la pericia
tracen los caminos de su éxito
Que su juicio sea sabio, que su criterio sea justo
Que Tu luz le guie en el camino extraño.
Señor
Esta Plegaria duele, hay rabia, sinsabor en cada frase
A veces siento celos de saberlo lejos y ajeno
Debiéndose a tantas cosas que yo ignoro
Por eso Señor, te pido la fe y la voluntad
Para hacer de mi hogar un remanso de alegría
Para esperar el paso de los días
Con la esperanza de un retorno dulce
Para abrigar el lecho con sueños y deseos
Para criar al hijo que es la luz de sus pupilas
Para amar la boina roja
Para adorar el mismo cielo
Para esperar el nuevo día
En la trinchera de algún combate
Con el pensamiento firme
Puesto en su victoria…
AMEN