Eber R. Guerrero

Historia de un Octubre

Era un día tranquilo,
corría la marea
en mi mente se perdían
mil pensamientos de arena.


Octubre viene preso,
deja que la luna salga
que deslumbre los paisajes
de blanco y de esmeralda.


Reflejo son las facciones,
un recuerdo que erotiza,
una sonrisa distinta
y en su cabello la brisa.


Mas el destino es un riesgo
nunca da el tino al preciso,
deja jugar al iluso
y al poeta da un refugio
lleno de plumas y vicios.


Me tocó girar la rueda,
salió un sol incandescente,
una mirada distante
y unos labios permanentes
que al susurro de un sonido
dieron fin al oponente.


Sigió pasando la noche
con la Luna de testigo;
y con sus brazos de abrigo
dejé todo en un derroche
por ver sus ojos canela
y su pelo azabache.