Cuando de niño escribía
inocente y precavido
una carta a Baltasar
el rey mago oscurecido,
tras de la puerta escondido,
esperaba ver llegar
los camellos con juguetes.
En la carta con membrete
de dirección acertada
regalos solicitaba:
Caballitos de trotar,
veleros que navegaran,
fortuna para mis padres
y amigos con quién jugar
Ahora tengo tres amigos
Melchor, Gaspar y el moreno
Como sigo siendo bueno
ya no necesitan cartas
para cumplir el encargo
pues conocen mis deseos
al final de éste camino
y cumplen con su trabajo:
dormir en un sueño largo
soñando con los abrazos
de mi padre y de su ausencia
pues no sirven de consuelo,
las lágrimas de mi pañuelo
al no tener su existencia
JSS
(Antóncolonias)
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