En este espacio desolador
que ha quedado tras tu paso,
en este ir y venir sin destino alguno,
en esta vida sin luz y sin orden y sin propósito,
abrazándome las rodillas como un niño triste
me encuentran
tus fantasmas,
que de la luna descienden para jugar conmigo,
para hacerle creer a mis ojos
expirantes y nublados que nunca te fuiste,
las estrellas me dan señales de tu presencia,
todos los días a la misma hora,
salgo a querer atrapar tu silueta que danza entre la niebla,
sonríe y aletea y me llama,
me lleva cada vez mas lejos del mundo,
buscarte se ha convertido en una persecución sin tregua
que nunca acaba,
del amor que hervía en ti, de ese bosque fecundo,
ya solo quedan hojas muertas,
esa violenta marea se ha cesado,
hasta dejar en mi vida este espacio en que faltas,
y en el que siempre te ando buscando.