Saber que al proponerme esta meta
o este reto como quieras llamarlo
lo compartiriamos y lo lograriamos
juntos no porque debemos, sino
porque lo queremos, juntos
no porque lo decimos, sino
porque lo queremos, juntos
no porque lo decimos, sino
porque lo sentimos.
De que me vale competir en esta carrera
hacia la infinidad, si quien nuevamente
me va a acompañar es mi soledad.
De que me sirve que vuelva a sembrar
ese grano de esperanza en mi, ya que
no tendre como brotar sin ti.
Simplemente no se que debo hacer, no se que pensar,
no se como actuar hacia mi, dejarme engañar por la
semilla de esperanza o actuar, firme y consiente
sabiendo que me alcanza la terrible soledad.