Yo vengo de las alturas,
De donde nacen los ríos
Con sus aguas
tan limpias y cristalinas.
De allá vengo, de los campos
Vastos, más
No puedo decir, quizás
Ustedes preguntarán
Las razones.
Ya saben de las alturas
Vengo y a ellas volverán
Mis andares.
Son sus tornados que alejan
Mis espantos, el fulgor
De sus valles
La tristeza. Pasarán
Los años y mi dolor
Tan cortés
En su entraña quedará,
Recordando la desdicha
De aquel alma,
Que causó. Así volverá
Aquel ser de la avalancha
A la calma.