Mis letras cada vez riman menos
Mis canciones son más complicadas
Mi casa es menos acogedora y más desastrosa, lo es.
Está llena de goteras cuando llueve,
El calor es insoportable cuando el sol golpea la loza
Y frío penetra los huesos.
Todo esto, quizás convierte a mis días más sombríos.
Neblinosos, tristes y algo fatídicos.
Pero cada vez que voy a ese lugar, en ese preciso momento;
Te encuentro ahí y siento algo que revoluciona dentro mío.
Tus ojos que me miran, pero a la vez no me miran,
Esos ojos pequeños y de color café, como los de un zorro.
Un zorro que mira a un pájaro pequeño que no puede volar.
Que no puede volar, no porque esté lastimado, solamente no sabe.
Su mayor sueño es volar, pero no lo logra.
Mira las estrellas, y sabe que nunca las alcanzará por más que mire al cielo.
Así es lo que siento cuando me miras, pero a la vez no.
A veces quisiera llevarte a caminar por Buenos Aires, Venecia o alguna ciudad de Grecia
Encontrarte bajo un farol en el frío
O que sea casualidad de verte cada día por el vecindario
Y que sea común, como casi un ritual, preguntarte que tal el día.
Puede ser que logre algún día, llevarte a mi casa no tan acogedora y desastrosa.
Hablar sobre la luna o sobre el cerebro humano.
Y llevarte a la cama, si es que quieres
Recorrer tu espalda, hasta llegar a tu alma
Besar tu cuello y pensar, que será mejor, que tu piel canela.
Y hablarte sobre mis aventuras
Cuando terminé con la guerra o cuando fui presidente por un día.
O salve a miles de personas en el Congo, o inventé la vacuna contra el odio.
Quizás piense que estoy mintiendo, y es verdad.
Porque estar con vos, es simplemente fantasía.