Buenos días incomprendida compañera,
sólo tú estás a mi lado en todas las guerras.
En las alegrías siempre como fiel consejera,
en las penas sonríes haciendo que no duela.
Perdona todo el daño que me hice en tu nombre,
no era consciente del amor que me correspode,
de que tú estás para reflexionar en mi nombre,
para hacerme ver lo grande en mi ser y lo valore.
Gracias por dejarme entender la belleza del día,
gracias por refugiarme en tu silencio y compañía,
gracias por enseñarme que soy esencial en mi vida,
gracias soledad por ser siempre una gran amiga.