Toca mi rostro el que habita mi abismo,
el otro yo,el que se esconde en mi sombra,
aquel animal desesperado enemigo de sí mismo
que exhala sobre mi su podredumbre
y refleja en sus ojos de piedra la vileza de mi alma.
“Uno de los dos sobra en el mundo”
murmuraba en mi cabeza sin voz, ni grito,
solo resbalando sus palabras por la herida perpetua en mis entrañas.
¡Que desgracia es ser tan humano!
tan débil, tan vulnerable, tan trágico,
tentado a ser ese que es todo y nada;
morador de ese otro universo frió y cruel...
\"Podría matarte ahorita... Pero no quiero\",
trate de encontrar mis restos en los escombros
y silbaba tras de mi esa canción y herido y sangrante
de pronto ya era otro, mas triste y solo;
un yo mas puro y sincero.
\"Matame si no te sirvo, matame si no puedo odiarme,
matame si me he perdido... \"