Aún no sé si seré capaz de vencer el miedo que se levanta como muro a mi vista.
Es un miedo blanco como una muralla hecha de pureza y nube.
Es un temblor que recorre todos los caminos que juntos compartimos.
Siento que recorre mis venas como el barco que se va a pique
dejándome entre tiburones como náufrago.
Es el miedo de perder tus ojos y quedarme en la noche eterna.
Es una sensación de impotencia ante del frío viento que me golpea.
En mi rostro se advierte el peligro de tu indiferencia ante mi vida.
El vacío de tu ausencia me ahorca con sus manos tenebrosas.
No quiero implorar tu clemencia ni tu lástima.
Sólo espero que veas el miedo que se levanta
como polvareda de combate ante el tropel de tu partida.