Michurin Vélez

CABRERO

Abrazado a la noche de invierno

entre nubes prietas y sigses dormidos

corre con un rondador de sueños

anclados en la mirada tibia

y en la voz de viento derramado

 

Va con la piel de picaflor recién nacido

a lamer el néctar de las flores presumidas

va de pétalo en pétalo

con los pies resecos

abrigados con el polvo que tapiza el suelo

 

Va ajeno al nombre de los mares

y a las oscuras pretensiones de la ciudad lasciva,

va a tejer el enjambre del delirio

con el pajonal danzante del páramo aterido

 

No existe el retorno, rezos ni ventura mágica   

es simplemente un cabrero

maquillado con la escarcha de la tarde decapitada

que se hizo hombre con el golpe del olvido