Tus labios cual tus cuadernos
esperan ideas nuevas
y yo no sé a qué te atrevas
apenas podamos vernos.
Muchacha de veinte inviernos,
me arrastras con tu insinuante
mirada y en tu semblante
se nota la picardía,
que adoro y te siento mía,
en noches que soy tu amante.