Hoy por fin realicé aquel viejo anhelo,
Pues entre tu regazo amanecí;
Cuán inmensa alegría reviví:
Convertí oscura Tierra en azul Cielo;
Inmenso fue ese mágico consuelo,
Inmenso el desbordante frenesí;
Grande la intensidad con que viví
Tan ardiente y bellísimo desvelo;
Tú sólo me mirabas muy serena,
Yo sólo acariciaba tibia piel;
No eras la mujer que vive ajena
Sino eras la ambrosía hecha miel;
Lograste exterminar aquella pena
De cuando tú te fuiste con aquél…