Te acecho y tiemblo,
quiero devorarte,
pero no puedo.
Ésa mirada
que lumbre libera,
escuece y me quema.
Ésas pupilas,
rubíes más brillantes que una estrella,
están en cada segundo,
prendidos a todos
mis malditos pensamientos.
Hechicero de mi alma,
me seduces y me tientas..
A tus pies ya me arrojé,
como un fiel sabueso
desenvuelto ante tu esencia.
No me sueltes, vente conmigo,
avancemos,
que los restos de mi memoria
sean velados por los árboles.
Soy Piedra de Luna,
tú, Ojo de Tigre.
Piedra preciosa,
cazador
de mil y un sensaciones.
Hechicero
de mi desnudez en luna.