No es queja, la vida es hostil
a veces más a veces menos,
y siempre tropezaremos con luchas
unas más dignas que otras.
La paz solo es interna, personal,
Individual, aunque a veces me
la encuentro tambien, en la cadencia con la que hablas
y en el infinito tras tú mirada.
Mi yo idealista de vez en cuando no
entiende la imposibilidad del pacifismo,
mi yo guerrero se entrena a diario para
los campos de batalla, como podría ser tu
ausencia.
De antemano sabemos que las bombas
caen, la metralla vuela, las balas chiflan,
los mosquetes gritan, las granadas estallan,
los asedios van y vienen,
pero tú, quédate, en mis tiempos de paz,
en mis tiempos de guerra,
en mis murallas, en mis trincheras,
no me hagas combatir contra una vida sin ti.