Aveces el silencio es violento
pero es el refugio del hombre
un lugar de esperanza
de agonía frustrante
un lugar de locura
de comprensión y revelación.
La agonía de cada paso
que rompe mis alas,
que quebranta el corazón
aquel caminar de sombras
cuya protección es el verso latente
del poeta que escribe mutilado
cada palabra
que considera; creación y destrucción.
Cae la noche
el insomnio ataca
los demonios nocturnos salen
la luna alumbra el acantilado
la neblina nubla tu rostro
cuya piel de porcelana es bellísima.
Bella Luna
que muestras tu piel a el perturbado
que calmas el llanto
y curas las heridas del corazón
te ofrezco mi silencio
regalo de Dioses
que es la creación y destrucción del hombre
te doy la humillación del dolor
y te ofrezco la cicatriz
que su amor dejó
en lo profundo de mi corazón.
Una buena dosis de dolor
antes de dormir
y antes de morir
para arrepentirse
y recordale a la Luna
lo que te ofrecí cuando joven...