Era ya pura nieve y puro hielo,
pura luz, puro carámbano puro,
puro algodón y puro copo duro,
puro manto de armiño todo el suelo.
Ráfaga pura de cristal al vuelo
era el invierno gélido y maduro,
a puñados caído prematuro
como un inmaculado puro velo.
Pura faz, barba blanca, nívea espuma,
ángel diseminado en la llanura,
pura monotonía, leche y muera.
Pura sábana al raso, tacto y pluma,
de una serena desquiciante albura
de una pureza cegadora era.
Gonzaleja