Nena, yo en San Martín nunca tuve nada.
A esa sucia ciudad hace mucho que ya la veo vacía.
Y sin embargo dudabas.
Entonces, ¿inevitable fue largarnos de nuestras vidas?.
Ni siquiera recuerdo como es que dejamos de hablar, de vernos y algo mas.
Quizas fue simple cansancio, mas promesas de volvernos a ver.
Y ni siquiera lo estabamos intentado.
¿Pero que mas nos daba?
Vos te acostabas con otro y yo siempre me emborrachaba.
Es que, nena, soy un alcoholico.
Y sin querer desatiendo lo importante.
Aunque no eras tan especial.
No te amaba.
Pero si te quería.
Y algunas veces te extrañaba.
Y con eso solo me alcanzaba.