Al marcharte, te llevaste todo;
y todo se hizo silencio, pertenencia y olvido,
en un sueño que no alcanzo la noche.
Sin embargo tu imagen se quedó en mi pupila
y recorro todas las calles y avenidas de cualquier poema,
queriéndote encontrar en sus letras,
Rescatarte de esa imagen que te devora
Y romper las entrañas del silencio.
Como un mítico Prometeo,
Trato de robar el fuego de tus versos,
Nacido en otro cuerpo y germinada en el mío.
A veces quiero irte a buscar, desandar el camino,
hablar de ti a un amiga, a una estrella o a la luna
pero a ti, poeta preferida “que te voy hablar de amor”
si lo mío, es solo nostalgia y espera, que no llega;
por eso me voy, cobijado por la nostalgia.
Al soñarte
no hay poema que te contenga,
ni espera que refleje tu figura
el olvido de tu memoria, es mi esperanza,
que volverás cuando pase el eclipse.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO