Voy a invitarlos a un país imaginario
creo que todos estarán a gusto.
las flores serán bellos diccionarios
los versos crecerán como el arbusto.
Poesía llamaré a ese suelo
y ustedes, soñaran arriba
de nubes de placer, que harán que el verbo
llueva, llueva en impecables rimas.
Y luego gozarán la paz del alma
sentados a la vera de algún río
las venas como cuerdas de guitarras
han de sonar vibrando de adjetivos.
Y el amor, ¡ay! el amor, tendrá su trono
en ese pedestal de corazones
donde engarza la fuente mas bendita.
Allí han de abrevar ¡oh, ruiseñores!
del vino mas excelso: ¡Beban todo!
que por esta pasión la casa invita.