Si el destino debe de acertar,
pues, correré a callar,
pero, este pobre corazón,
se debe de hacer fuerte pasión,
con fingir un momento,
se deshace el tiempo,
como tormentas por elegir,
queda un corazón por vivir,
cuando arde el temor,
a enfrentar el calor,
como el frío se da,
porque el tiempo vá,
es este pobre corazón,
que late débilmente,
esperando a que el paraíso,
y como un hechizo,
se altere con el fantástico mundo,
porque en un segundo,
se espera a que nunca fracase,
como la espera de que no sea fibras,
de un mal corazón,
que se eleva hacia la pasión,
más pasión,
como el único mundo,
se deshace como el viento en la piel,
desde que el mar abierto,
se dedica hacia el mismo mundo incierto,
desde que el mismo cascabel,
se aferra a su sonido,
como se aferra más y más,
la soledad,
de un pobre corazón,
que se dedica hacia la misma inmundicia y... acertar…