Del libro La Vida es Viviendo
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Estar enamorado con los pies sobre la tierra
es calma y es prudencia cuando el amor se entrega.
No exagerar caricias ni besar más de la cuenta,
no dejar que el deseo de seducir al otro te posea.
Es la razón constante que controla al amante.
Que no promete el cielo que no se puede dar.
El beso que se entrega despacio y calculable
es amar hasta el punto que se tiene que amar.
Estar enamorado con los pies sobre la tierra
es clara y simplemente lo que yo no sé hacer.
El amor me posee, la pasión se me eleva.
Y amanezco soñando con amar otra vez.
Me entrego sin medida, beso más de la cuenta.
Prometo en poesía cielo, mar, luna y miel.
Desnudo con deseo, acaricio alma entera.
Y viviendo o muriendo, veo el amanecer.
Con los pies en la luna, o quizás en el cielo,
he amado locamente cuando he querido amar.
Controlar el amor es un perdido intento,
porque el amor es libre y ama sin amarrar.