“A veces siento que tienes poderes,/ que te haces más fuerte cada semana;/ que puedo morir si tú quieres/ y vivo si te da la gana”.
¿Por qué me conoces? ¿Por mi modo de escribir?
¿Será porque mis poemas todos te hacen sentir
y te encanta hallarte perdida en mis laberintos?
¿Qué es lo que hace que sepas que escribo yo?
Cuéntame si el corazón de pronto se te aceleró
y te gustaron mis versos por parecerte distintos.
¿Qué hace que me reconozcas? ¿Soy intenso?
No soy yo el único que escribe así, eso pienso;
sólo que trato de darle a mi estilo una forma.
Hay algo que dentro de todo poeta existe, vive;
algo que al inspirarse, el poeta siente, escribe
y a medida que lo hace, sin dudas se transforma.
En ocasiones te ves en mis letras, te identificas
y en esos momentos que sientes algo ratificas
y lees mis versos, terminas… y vuelves a leer.
No importa cuál poema sea, éste… o aquél…
Que ya hay humedad muy presente en tu piel
es lo que descubres y que aún te cuesta creer.
Te preguntas cómo es posible que yo adivine,
que sobre tu cuerpo, poeta al fin, me destine
a ser el único causante de que te estremezcas.
Pareces prisionera de mis letras en condena
y te asombra que siendo como me eres, ajena,
más mía que cualquier otra mujer parezcas.
Decidiste leerme y es ese el riesgo que corres,
no importa que de una coraza contra mí te forres,
con cada verso ya sabes que te irás debilitando.
Sin que te des cuenta al leerme te poseo, te tomo;
leyendo mis poemas sabrás seguramente cómo
y un orgasmo intenso al llegar, te dirá cuándo.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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